
No obstante, un error hace que sobrevenga un cambio inesperado: Armando Duval, un joven apuesto, coherente, convencido del amor y con un porvenir prometedor, es confundido con el rico, apático y aburrido Conde de Varville. Así, la interesada dama de las camelias cree durante un breve lapso de tiempo que el Conde es Armando y, a partir de aquí, se abre la posibilidad de que el joven apuesto exprese su amor incondicional y desinteresado a la mujer aun cuando ésta vive alienada en la máscara Gautier. Sólo este reconocimiento incondicional de Armando podía enamorar, hacer descubrir el amor verdadero, a nuestra mujer real en la medida que ésta, inicialmente, se identifica plenamente con el espectro Gautier. Ahora bien, el drama del filme llega cuando la protagonista, una vez enamorada de Armando, decide rehacer su vida, irse al campo con su amado huyendo del Conde y de la red de relaciones que la mantienen atada a la dama de las camelias, enajenada en la máscara Gautier. Una vez lejos del superficial ambiente de la alta sociedad parisina, en el campo, la susodicha máscara simbólica la persigue trágicamente, se interpone entre ella y su amado. El padre de Armando Duval se presenta en la casa de campo y le pide a ella que renuncie a su amor si es éste verdadero pues Margarita Gautier, ese sujeto ideológico, ese espectro, en el que ella se identificaba en el pasado y del que ahora intenta huir, será siempre un impedimento, una mancha que perturbará el progreso social futuro de su querido hijo. El espectro persigue a la mujer concreta. Así, paradójicamente, si en los inicios de la película el reconocimiento por parte de Armando Duval de la mujer concreta en el espectro Gautier abre la posibilidad del amor fecundo, ahora, una vez que ambos están enamorados y alejados del ambiente burgués parisino, esa misma figura espectral supone la apertura de un abismo entre los dos. La mujer concreta, invadida ahora por el amor auténtico y desinteresado que antes tachaba de ingenuo, toma la decisión trágica de autoalienarse nuevamente en la máscara Gautier para así alejarse de Armando y no suponer obstáculo ni mácula alguna a su prometedor porvenir.
3 comentarios:
Es sorpenent veure quants espectres hi ha al mon, quantes Margarites Gautier...
Tan lluny, o tant aprop...
No he vist la peli i em perdo al final. Suposo que ella torna a alienar-se per amor, per permetre a la persona que estima que segueixi el seu camí.
Sàvia i duríssima decisió. S'ha de pagar el karma per tenir la possibilitat d'arribar a ser.
Hermi, si us plau, no et perdis la peli ni el final de la mateixa.
Una altre cosa, ens pots explicar això del karma?
Què entens per ésser?
Des d'una perspectiva hegeliana la dona protagonista del film defineix el seu ésser via la mediació de la màscara-identitat Gautier. El canvi d'una a altres identitats, màsqueres ideològiques, supossa el canvi d'allò que ets, del teu ésser.
Més enllà d'això, de l'aparença ideològica, del ser, el substracte que queda per sota de les diferents identitats que adoptem els individus hi ha un buit (subjecte barrat que diria Lacan) que només pren forma amb l'assumpció d'identitats, i.e, de mandats simbòlics.
Ferri gràcies també a tú pel teu comentari.
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