martes, junio 05, 2007

Ideología con Margarita Gautier como excusa

La película Margarita Gautier protagonizada por la divina, por Greta Garbo, da pie al diálogo entorno a la Ideología y la alienación, la crítica respecto a los convencionalismos sociales, la identidad, el amor como renuncia...

En las primeras escenas de Margarita Gautier, una película dirigida por George Gukor en 1937 en la que destacan la divina Greta Garbo y el pletórico Robert Taylor, vemos como la dama de las camelias, la protagonista que da nombre al filme, tacha de ingenuo el amor honesto y desinteresado de su antigua amiga: la jovencísima Nichette. La dama de las camelias, muy al contrario de su amiga, no cree en el amor, para ella sólo existe el interés, un baile de máscaras, apariencias y convenciones sociales, ella no entiende de amores desinteresados, cándidos, inmaculados. La vulgar y superficial prostituta de lujo Margarita Gautier es un sujeto ideológico definido por su lugar en la red simbólica social, en el universo espiritual, del París burgués de mediados del siglo XIX. La mujer concreta encarnada por Greta Garbo en la película se realiza socialmente por mediación de esta máscara , de este sujeto ideológico. Vivir en esta cáscara simbólica llamada Gautier, realizarse por su mediación, le supone a la mujer de carne y hueso ser una mantenida, tener una fuente "fácil" de beneficio económico, vivir rodeada de lujos frugales, fiestas, joyas, vestidos y camelias por doquier. La mujer concreta enmascarada por el abstracto Gautier obtiene el reconocimiento social de las altas esferas parisinas. De esta manera, la mujer concreta vive alienada en la máscara ideológica Margarita Gautier, encuentra su realización personal, el o la afirmación simbólica del Gran Otro simbólico, del mundo propio de la alta sociedad parisina de 1847, a través de una apariencia, del espectro Gautier. Es más, y esto es importante, esta mujer lejos de vivir apesadumbrada en su realización vía Gautier, inicialmente, se identifica plenamente en dicho abstracto simbólico, en esta máscara espectral.

No obstante, un error hace que sobrevenga un cambio inesperado: Armando Duval, un joven apuesto, coherente, convencido del amor y con un porvenir prometedor, es confundido con el rico, apático y aburrido Conde de Varville. Así, la interesada dama de las camelias cree durante un breve lapso de tiempo que el Conde es Armando y, a partir de aquí, se abre la posibilidad de que el joven apuesto exprese su amor incondicional y desinteresado a la mujer aun cuando ésta vive alienada en la máscara Gautier. Sólo este reconocimiento incondicional de Armando podía enamorar, hacer descubrir el amor verdadero, a nuestra mujer real en la medida que ésta, inicialmente, se identifica plenamente con el espectro Gautier. Ahora bien, el drama del filme llega cuando la protagonista, una vez enamorada de Armando, decide rehacer su vida, irse al campo con su amado huyendo del Conde y de la red de relaciones que la mantienen atada a la dama de las camelias, enajenada en la máscara Gautier. Una vez lejos del superficial ambiente de la alta sociedad parisina, en el campo, la susodicha máscara simbólica la persigue trágicamente, se interpone entre ella y su amado. El padre de Armando Duval se presenta en la casa de campo y le pide a ella que renuncie a su amor si es éste verdadero pues Margarita Gautier, ese sujeto ideológico, ese espectro, en el que ella se identificaba en el pasado y del que ahora intenta huir, será siempre un impedimento, una mancha que perturbará el progreso social futuro de su querido hijo. El espectro persigue a la mujer concreta. Así, paradójicamente, si en los inicios de la película el reconocimiento por parte de Armando Duval de la mujer concreta en el espectro Gautier abre la posibilidad del amor fecundo, ahora, una vez que ambos están enamorados y alejados del ambiente burgués parisino, esa misma figura espectral supone la apertura de un abismo entre los dos. La mujer concreta, invadida ahora por el amor auténtico y desinteresado que antes tachaba de ingenuo, toma la decisión trágica de autoalienarse nuevamente en la máscara Gautier para así alejarse de Armando y no suponer obstáculo ni mácula alguna a su prometedor porvenir.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es sorpenent veure quants espectres hi ha al mon, quantes Margarites Gautier...

Tan lluny, o tant aprop...

Herman Royo dijo...

No he vist la peli i em perdo al final. Suposo que ella torna a alienar-se per amor, per permetre a la persona que estima que segueixi el seu camí.

Sàvia i duríssima decisió. S'ha de pagar el karma per tenir la possibilitat d'arribar a ser.

Edmundo V dijo...

Hermi, si us plau, no et perdis la peli ni el final de la mateixa.

Una altre cosa, ens pots explicar això del karma?

Què entens per ésser?

Des d'una perspectiva hegeliana la dona protagonista del film defineix el seu ésser via la mediació de la màscara-identitat Gautier. El canvi d'una a altres identitats, màsqueres ideològiques, supossa el canvi d'allò que ets, del teu ésser.

Més enllà d'això, de l'aparença ideològica, del ser, el substracte que queda per sota de les diferents identitats que adoptem els individus hi ha un buit (subjecte barrat que diria Lacan) que només pren forma amb l'assumpció d'identitats, i.e, de mandats simbòlics.

Ferri gràcies també a tú pel teu comentari.