Para una mujer que es poesía hecha vida, para Maribel, porque como dice Kundera: "El amor puede surgir de una sola metáfora". Espero sea cierto que llegó tu astro...
¿Qué tiene ese cenicero?
Por tus palabras vino,
de repente y sin denuedo,
arropado por tus versos,
ese vulgar cenicero.
Mira ahí tu mano al aire,
mira la mía sin miedo,
sobre un simple cenicero,
juntos y firmes mis dedos,
abiertos e inertes los tuyos.
¿Qué tiene ese cenicero?
Que es un entre tú y yo,
que separa un infinito,
un abismo, un cisma,
que une una amistad,
eludiendo diferencias,
amores oníricos,
imposibles y quimeras.
¿Qué tiene ese cenicero?
Que nos separa de besos,
caricias y lamentos,
que nos une a un tiempo
anudando sentimientos.
¿Qué tiene ese cenicero?
Que suspende sobre sí
una simbiosis mágica,
una falta pretérita,
que sostiene en su alto
una cándida tensión,
un desencanto.
¿Qué tiene ese cenicero?
Un pasado, un futuro.
Un antes de poesía,
de estravíos de asfalto,
de preguntas y fotos,
de miradas esquivas y
un encuentro anhelado.
Un después de confidencias,
de historias infinitas,
de eternos retornos,
luces de ciudad,
carretera y despedida.
¿Qué tiene ese cenicero?
Ese cenicero te tiene a tí,
tus palabras, tu encanto...
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