El dilema persiste... ¿Kant o Hegel? ¿filosofía finita o infinita? ¿Conocer el conocer o conocer conociendo?
Kant abre un periodo filosófico clave que culminará con el idealismo alemán. Si Hume fue el ilustrado que nos sumió en la melancolía escéptica para no dejarnos más consuelo que el hábito, la costumbre y la convención social, Kant es el intento ilustrado de recuperar para la filosofía el derecho a su función positiva, de volver superar el escepticismo en el conocimiento, de fundamentar la moral de forma que no descanse en las pasiones, en nuestras inclinaciones, sino en la estricta racionalidad. Kant reclama para la filosofía el derecho a una razón que ahora ya, educada y templada por la travesía escéptica y demoledora de Hume, está en condiciones de reconocer sus propios límites, de sentar cuáles son sus usos legítimos e ilegítimos. De esta manera Kant abre el problema de afrontar la circularidad lógica implícita en un planteamiento en que la razón comparece frente al tribunal de la propia razón.
Hegel, poco más tarde, dará a este planteamiento un toque maestro: si preguntarse por las condiciones de posibilidad del conocimiento (o de la vida ética) es ya conocimiento no debería Kant haberse preguntado por las condiciones de posibilidad de establecer condiciones de posibilidad del conocimiento (o la vida ética), y así ad infinitum. Así, a Hegel, a diferencia de Kant, no le interesará tanto el tratar del acto de conocer en sí como lo conocido en el conocimiento. De aquí que Hegel recrimine a Kant que se preocupe del cuchillo (conocimiento) sin atreverse a cortar (conocer), que estudiando el cuchillo (conocimiento), afilándolo (conociendo el conocer), no se corta (conoce), es más, por el contrario, sólo cortando (conociendo) con el cuchillo (mediante el conocimiento) se sabe si éste está afilado (si conoce).
2 comentarios:
Hegel, porqué muerde, araña, saltimbanca y maulla como ningún otro :P
Un abrazo.
Cierto.
En cambio Kant no arañaba...
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