sábado, noviembre 25, 2006
¿Qué sentido tiene la muerte para un loco triste?
"La vida es más compleja de lo que parece"(Jorge Drexler)
Lo Real es aquello que nos aterroriza, aquello que no puede ser dicho al completo, lo que escapa al lenguaje y que, por ello mismo, aparece como fantasma que nos coloca en el borde del abismo, que nos sitúa en la artificialidad de todo orden simbólico, de toda realidad. Lo Real señala siempre a cierta carencia, a una insatisfacción insoslayable, a un brecha que nos atraviesa. La vida puede llegar a ser una condena, terrorífica, en la medida que nos acosan fantasmas por doquier.
Un espectro me acecha sin descanso. Ahora entiendo que me persiguirá siempre, a pesar de que sólo hay dolor en él, en pensarlo y, sobre todo, en sentir su desgarro, su fraude, su desfachatez, su poco decoro. La brecha abismática es insalvable y ello, aunque sólo haya odio y asco hacia él, es lo que hace de mi un muerto en vida, un lisiado, un neurótico, un lesionado emocional sin remedio, un mar de lágrimas infinitas.
Soy un muerto en vida, un muerto que sólo vive para constituirse en símbolo de su eterna culpa. Dicen que la muerte, ese fin que nos acaba, que define lo que finalmente hemos sido, es el precio justo que hay que pagar por la vida. Yo pregunto: ¿Qué sentido tiene la muerte para un muerto en vida? ¿Qué significa para aquel que ya está acabado en vida, para un loco triste?
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