miércoles, agosto 16, 2006

¿Por qué Edipo sin complejo?


Edipo se nos presenta en nuestra cultura, en el universo de significados en el que pensamos y actuamos a día de hoy, atrevesado por un complejo: el de amar a su madre y odiar a su padre por frustrar su deseo e iniciarlo en la constitución de su super-yo, esto es, por someterlo implacablemente en el nomos (ley), en el mundo de normas que constituye lo que llamamos cultura. Esta es para Freud la base del malestar en la cultura. No obstante, contra este paradigma, hay otra manera de entender a Edipo, una forma que se ciñe más al texto y al contexto (al mundo espiritual propio de la Atenas del siglo V aC) de la tragedia griega. Bajo la hermenéutica propia de los griegos Edipo carecía de complejo. Y esto se muestra claro si atendemos por ejemplo a Sófocles. Edipo huye de los que cree son su padre y su madre con vistas a que no se cumpla el mensaje oracular. No quiere, por tanto, asesinar a su padre, ni tener por esposa a su madre. La tragedia, no obstante, consiste en que cuando Edipo hecho Rey de Tebas cree estar lejos de las palabras de Apolo, éstas ya se han constituido en realidad.

Es esta idea precisamente la que nos seduce y quiere abrir este rincón que hemos dado en llamar "Edipo sin Complejo", ese poner el pensamiento al servicio de la sospecha, de la deconstrucción de hermenéuticas constituidas en metafísicas, ideas y valores confundidos con la realidad misma. Lo que nos motiva es un espíritu iconoclasta y antimetafísico. A Edipo hay que entenderlo en su contexto no desde el imaginario contemporáneo. Es precisamente desvelar lo que aparece como evidente y no lo es, lo que no cuestionamos y damos por hecho por el simple de constituir nuestro universo espiritual actual, lo que nos estimula a crear este rincón. Ahora bien, bajo estas premisas que defendemos cabe una reflexión perversa y terrorífica, si el significado siempre remite al universo semántico y material de cada época entonces ¿qué valor de verdad tienen nuestros pensamientos a día de hoy? La deconstrucción, toda esta lógica iconoclasta sucintamente aquí expuesta, muestra el carácter arbitrario del sentido, nos invita a pensar que, de entrada, poca cosa somos o somos casi NADA. Quizá partir de esta visión nos ayude a asimilar el carácter absurdo de nuestra existencia. Pensemos en Edipo, ¿no es el creer ser lo que no se es lo que lleva a Edipo a escudriñar un enigma que se le revelará atroz y trágico? ¿no es ese arrancarse los ojos tras desvelar dicho enigma un signo de que es preferible permanecer en el sin sentido, en la nada, en el mero significante, a vivir en la mentira de un universo de significados siempre arbitráreo?

2 comentarios:

Txiqui dijo...

Que grande eres, Edmundo!
Se me cae la baba al leerte...
Un abrazo!!

Anónimo dijo...

Sabes, seria muy interesante un tema comola justicia, deberias intentarlo.