sábado, enero 06, 2007

Crítica al Principio Moderno

Toda la Ciencia actual, así como la sociedad tecnológica, parte del Principio de que todo es susceptible de ser matematizado y, por tanto, posteriormente construible...

La palabra idea de suyo no quiere decir contenido de la mente sino "resolución", "definición", "delimitación" tanto en relación al "que es" (si sí o si no lo hay) como en relación al "qué es" (si sí lo hay entonces qué es lo que hay). Ahora bien, en virtud de la aplicación de la duda metódica por René Descartes (1596-1650) y la obtención de su primera certeza, a saber, que piensa, que piensa tanto si las reglas de su propio pensar se avienen o no con la "cosa en sí", la idea pasa a ser un contenido de la mente. Ahora, la noción de idea en la medida que indica "resolución" en relación al "que es"(claridad) y al "qué es"(distinción) remite a la cuestión del Ser, de la validez, de la verdad. Decir que A es clara y distinta es afirmar que tras el «A es...» vienen unos predicados bien determinados y no cualesquiera.

A partir de este Criterio de Verdad Crítico Descartes va a discernir lo válido, lo claro y distinto, de lo inválido, lo obscuro y confuso, esto es, un orden de legitimidad (quaestio iure) de un orden fáctico (quaestio facti), inmediato, lo presente inmediato, etc. En el primer orden el filósofo francés sitúa a las verdades de la matemática, de la aritmética y de la geometría, de la extensión. En el segundo orden va a estar lo sensible, las percepciones empírico-sensoriales. Así pues, en virtud de lo dicho, avanzar en el conocimiento va a significar traducir lo empírico-sensorial a extensión, traducir lo fáctico, lo que se nos muestra a los sentidos de manera inmediata a configuraciones de puntos en movimiento. Es más dicha traducción a términos de extensión no tiene límite absoluto. Así, por ejempo, afirmará Descartes, el conocimiento de "este color" y "este otro color" sólo será posible cuando sean reducidos a extensión, cuando sean matematizados, cuando puedan diferenciarse, por ejemplo, como diferenciamos dos figuras geométricas o dos números distintos. Cuando el filósofo francés enunció esto, la faena aún estaba por hacer, era proyecto, es decir, la Ciencia aún no había traducido a los colores a diferentes frecuencias (números) del espectro de luz. No cabe decir que la Ciencia contemporánea funciona regida por este Principio, que todo la sociedad tecnológica está basada sobre este presupuesto, a saber, la matematización de lo fáctico, que es a un mismo tiempo para Descartes, la matematización de la "cosa en sí". Esto es el Principio Moderno.

Ahora bien, si las cualidades sensibles, lo empírico-sensorial, pongamos por ejemplo "este color", son traducidas a una configuración de puntos en movimiento entonces cada punto deberá ser identificado en el movimiento mismo, esto es, que tras un recorrido de la configuración de puntos debo saber que, por ejemplo, un punto determinado ahora es aquél otro punto determinado. ¿Cómo conseguir esto? Sólo hay una manera, a saber, atribuyendo a cada punto una cualidad distintiva, un color por ejemplo. Pero... ¡esto es una contradicción! Pretendíamos explicar las cualidades a partir de puntos que ahora necesitan de cualidades, queremos dar explicación de algo a partir de otra cosa que precisa de ese mismo algo que quiere ser explicado. ¡Imposible! Esta Crítica sirve a David Hume (1711-1776) para negar el Principio Moderno: La traducción a matemática no nos remite a un ámbito de validez, la versión de las cualidades traducida a extensión no es más verdad que la percepción sensorial en sí misma, que lo fáctico mismo, que las impresiones. No hay más conocimiento del color en la reducción de éste a matemática que en el color mismo presentado a nuestros sentidos. A partir de aquí, la noción de idea tendrá que tomarse en serio lo fácticamente fáctico, lo que se nos presenta de inmediato a los sentidos.

2 comentarios:

Ender el Xenocida dijo...

En cuanto se relaciona el fenómeno del mundo físico con la idea matemática del mundo platónico, la matemática no precisa de cualidades. Es aceptada como verdadera porque ya es en sí misma verdadera. No necesitamos distinguir un punto de otro por métodos físicos (cualidades) porque los puntos son objetos matemáticos.
El conocimiento a través de la matemática no es mayor que el que obtenemos a través de la percepción directa del mundo físico. Es cierto. Pero es un conocimiento diferente, porque sabemos que las percepciones no pueden repetirse, son un algo intangible, mientras que la matemática es universal.
De hecho, tampoco sabemos qué es el conocimiento. Pero sí sabemos que lo hay de varios tipos.
Saludos!

Edmundo V dijo...

Muy bueno.

Por cierto, los físicos sí asignais a las magnitudes cualidades... es inevitable si se pretende explicar algo que se os presente a los sentidos mediante matemñatica.

¡Esa es la idea de fondo!

¡Saludos!